ARTE URBANO

Un niño en penitencia sorprende a todo Palermo

El barrio porteño sumó una nueva obra a su currículum: la escultura de un niño encapuchado puesto en penitencia que se roba las miradas de los transeúntes.

Portada de Un niño en penitencia sorprende a todo Palermo

El niño en penitencia que se robó las miradas de todo Palermo (Luciano Thieberger - Clarín).

Por Mateo Modic

Última actualización el 23 de septiembre de 2025

El arte urbano volvió a sorprender a la ciudad de Buenos Aires: en el barrio de Palermo apareció un niño puesto en penitencia convertido en escultura que ya se convirtió en tema de conversación entre vecinos y usuarios de redes sociales.

“El Niño”, la escultura que llama la atención en Palermo

En los últimos días, el barrio de Palermo, territorio reconocido dentro de la escena del arte urbano local, fue noticia por la instalación de una escultura que llamó la atención de todos los transeúntes desde su llegada al rincón de la calle Fitz Roy. Y no, no se robó las miradas ni por su tamaño, colores vibrantes o materiales llamativos, sino por lo que representa: la figura de un niño encapuchado mirando la unión de dos paredes como si hubiese sido puesto en penitencia por sus padres.

Creada por el artista local Sebastián Andreatta, conocido en el mundo del arte urbano bajo el seudónimo de BIH, y ubicada en la vereda de Fitz Roy al 1900, la escultura conocida como “El Niño” se consolidó como un atractivo artístico y perturbante desde su arribo al barrio de Palermo. Hecho de cemento y metal, el chico protagonista de la obra está vestido con una campera de color negro, unos pantalones cuadrillé y unas emblemáticas Vans en los pies y su posición es como si estuviese cumpliendo la penitencia de sus padres: encapuchado y con la mirada perdida en el rincón de una de las vías más populares y transitadas de la zona.

La obra “El Niño” del artista BIH (Instagram/BIH).

Siempre me interesaron los rincones que se generan en la ciudad y poner a un niño en penitencia, era una solución práctica, eficaz e interpelante a una pulsión artística bastante irrelevante” explicó el autor de la escultura en sus redes sociales, quien también fundamentó la elección de la figura de un niño anónimo para poder señalar a aquellos que padecen la marginalidad y la pobreza, así como también reflejar a quienes son dejados de lado y no tienen la suerte de vivir la alegría y la suficiencia de la niñez

Una de las fuentes de inspiración del artista para crear esta escultura recae en Juanito Laguna, un niño ficticio creado por Antonio Berni construido a partir de la realidad de miles de chicos de las villas miserias de Buenos Aires en los años 50 y 60.

El impacto de la escultura en la gente

Desde el primer instante en que el niño encapuchado fue puesto en penitencia en la esquina de Conde y Concepción Arenal, el barrio de Palermo quedó sorprendido y, en algunos casos, aterrado por la presencia de la escultura. Cada persona que pasó por el costado de la obra se quedó observando: algunos la vieron de reojo, otros se asustaron y se preocuparon pensando que podía tratarse de un niño real, a tal punto que incluso hubo gente que realizó denuncias y hasta llamó a oficiales de policía, y otros simplemente admiraron la pieza y le tomaron fotos que luego postearon en redes sociales como contenido.

Y sumado a la efervescencia que generó en las calles del barrio porteño, la escultura del artista BIH también causó un revuelo en medios de comunicación y redes sociales. Plataformas como TikTok, Instagram y Facebook fueron plagadas de videos y posteos relacionados con la reacción de la gente o simplemente mostrando lo que se habían cruzado en la calle, canales de televisión enviaron cronistas para cubrir el hecho en primera persona y portales digitales realizaron noticias y artículos en base a la llegada de la escultura.

Colegiales, la primera casa de “El Niño”

La calle Fitz Roy del barrio de Palermo no fue el primer hogar de este niño encapuchado y puesto en penitencia. La escultura de BIH había sido colocada por primera vez en la Plaza Mafalda en el barrio de Colegiales, pero la reacción no fue la misma que en Palermo.

La escultura "El Niño" del artista BIH en las calles de Palermo (Luciano Thieberger - Clarín).

La obra fue arrancada de su base, vandalizada y arrojada en un volquete sin su cabeza. Sebastián Andreatta recorrió los containers y los tachos de basura de toda la zona hasta que logró recuperarla: la restauró reparando los daños causados, reforzó la estructura con hierro y volvió a colocar en su nuevo y actual rincón porteño.

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