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ARTE URBANO

Entes & Pésimo dejan su huella [Imagen], por Cartel Urbano.
El trabajo de Entes (Joan Jiménez Suero) y Pésimo (Edwin Higuchi Fernández) cambió el panorama del arte urbano en el Perú, porque transformó una práctica marginalizada en una expresión artística internacionalmente reconocida. Ambos artistas limeños, activos desde fines de los 90, sellaron el dúo en 2002. Desde entonces, llevaron el grafiti a más de 40 ciudades en el mundo.
Entes y Pésimo colaboraron durante cerca de 17 años y generaron iniciativas fundamentales para el muralismo peruano y su proyección.
Juntos también pintaron murales emblemáticos en Lima (por ejemplo, en Miraflores como parte de Lima Mural) y en distritos centrales de ciudades extranjeras (Boyle Heights en Los Ángeles, Wynwood en Miami). Produjeron obras internacionales en Linz (Austria) y México.

[Imagen], por BlunBlun.
Entes y Pésimo lograron ser reconocidos con múltiples exposiciones internacionales. Pésimo colaboró en la organización de Lima Mural (2017) en Miraflores. En 2018, el MAC Bogotá les dedicó dos muestras simultáneas: Pésimo presentó “Camino” y Entes exhibió “Manifiesto Descolonizado”. Estas fueron sus primeras muestras individuales significativas fuera de Perú.
La obra apareció en el video “Latinoamérica” de Calle 13 en 2005. Medios como El Comercio y Cartel Urbano cubrieron su trayectoria. El South American Street Art Fund destacó a Pésimo como un “grafitero renombrado” de Sudamérica. La fundación de la 93 Galería los estableció como gestores culturales que facilitan la exhibición legal del arte.
Entes estudió Artes Visuales en la Escuela Corriente Alterna, de la cual egresó en 2011. Comenzó a pintar en las calles alrededor del año 2000 como parte del crew DMJC (Dedos Manchados en la Jungla de Concreto). Actualmente, exhibe su obra en países como Alemania, España, Estados Unidos y varias naciones de Latinoamérica.
Pésimo influido por la cultura hip-hop (específicamente por el documental Style Wars), se inició en el grafiti a los 15 años a fines de los 90. Inicialmente, firmaba con sus iniciales EHF, luego adoptó los seudónimos "Ácido" y "Sucio", antes de quedarse con “Pésimo” por el sonido de la palabra.
Los artistas junto a una de sus obras [Imagen], por Iluminación Visual.
El graffiti peruano surgió con mensajes políticos en los años 80, pero la escena creció exponencialmente en Lima durante los 90. En este periodo, crews pioneros como TRANS y BROE se convirtieron en focos de arte callejero. Entes y Pésimo comenzaron a intervenir muros a fines de los 90 y principios de los 2000, cuando el arte urbano en Lima aún no existía. En esos años, el grafiti se asociaba con el vandalismo, y los artistas se enfrentaban a sanciones legales. Fue con un trabajo constante enfocado en demostrar que esta práctica constituía una “manifestación artística” lo que ayudó a legitimarlo en el país.
La obra de Entes se distingue por la reivindicación de la identidad latinoamericana y el indigenismo. Pinta figuras indígenas y símbolos latinoamericanos que enfatizan la conexión con las raíces culturales. Ejecuta sus murales con un estilo freestyle (sin boceto previo) y viven del contraste entre el color y el contexto social que retrata (violencia, desigualdad). Esta mirada social se trasladó a soportes diversos, como lo demostró en su proyecto “Manifiesto Descolonizado” (expuesto en el Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá) al trabajar sobre lienzo y medios mixtos para explorar temas postcoloniales.
Pésimo se caracteriza por un estilo figurativo que se centra en rostros humanos en perfil. Elige personajes cotidianos de Latinoamérica e incorpora elementos oníricos, como aves (la grulla, un reflejo de su herencia japonesa). En su retrospectiva “Camino” (MAC Bogotá), presentó 21 obras en acrílico y aerosol sobre canvas.

[Imagen], por BlunBlun.
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