ARTE URBANO

La pasión eterna por Maradona en Villa Fiorito

En el corazón del barrio aún se respira la esencia del Diego. La humilde casa de Azamor 523, junto al legendario potrero donde el astro comenzó a forjar su destino, permanece como un símbolo imborrable de esperanza e inspiración. La iniciativa de convertir esa emblemática vivienda en un centro cultural, impulsada por el fervor de sus vecinos, reafirma la presencia viva del ídolo en cada rincón.

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[Imagen], por Rosario3.

Por Agustin Dominguez Prieto

Última actualización el 21 de octubre de 2024

El barrio Villa Fiorito en Buenos Aires es sinónimo de lucha, como lo describió Diego Armando Maradona en su biografía oficial. Hoy, la casa donde vivió el astro del fútbol y el potrero donde forjó su talento tienen historias muy diferentes, pero ambas son partes esenciales de la memoria de los vecinos y fanáticos de la redonda.

La casa 

El primer hogar de Diego Maradona en Azamor 523 es un símbolo de sus humildes comienzos. El barrio cambió significativamente desde los días de Pelusa, con calles asfaltadas y una población triplicada, la vivienda original se mantiene en pie. Sin embargo, su estado actual no es el mejor. En su momento fue descrito como una construcción austera con techo de chapa y piso de tierra, que sufrió el desgaste de los años.

Después de convertirse en la estrella en Argentinos Juniors en 1978, su familia recibió una nueva casa en el barrio de Paternal. El que supo ser su hogar en Fiorito fue entonces regalado a María Gaitán, una vecina del barrio que la habitó hasta hace algunos años. 

El potrero

El potrero donde Maradona jugó sus primeros partidos también se transformó drásticamente. La cancha ubicada en las calles Plumerillo y Chivilcoy ya no existe como tal. En su lugar, ahora hay viviendas y un pasaje que atraviesa lo que antes era un descampado. Sin embargo, los arcos originales fueron salvados y trasladados a un nuevo campo en la calle Larrazabal, donde se conserva el espíritu de los primeros juegos de El 10. El antiguo club Estrella Roja, donde Diego comenzó su carrera, también modificó su nombre a Estrella, aunque continúa como un lugar de referencia para los fanáticos.

Un recuerdo imborrable

El legado Maradoniano sigue vivo en la vida cotidiana del barrio, reflejado en sus clubes y actividades. El club Juventud Unida de Villa Fiorito es un claro ejemplo de este compromiso, donde Diego es más que una figura histórica. Las emociones de los festejos del Mundial de 1986 todavía resuenan entre los vecinos. Actualmente, la institución recibe a más de 200 jóvenes, con una distinción en la importancia de fomentar la unión y el desarrollo.

El impacto de Maradona trasciende a través de otras figuras locales, como en el caso de Macarena Sánchez, conocida como Maqui, exfutbolista y referente del equipo femenino Las Diego Armando Juventud. El barrio es un espacio fértil para el talento y la esperanza, con una conexión profunda hacia el ídolo. 

[Imagen], por BAE Negocios.

Pese a los cambios, el espíritu de Villa Fiorito es el mismo. Los vecinos se encargan de mantener viva la memoria del ídolo y asegurar que los jóvenes del barrio tengan oportunidades similares a las que él tuvo. Los clubes de barrio, como Juventud Unida, son cruciales en el desarrollo social y deportivo de los jóvenes.

La casa y el potrero donde comenzó su carrera representan mucho más que simples lugares físicos, son símbolos de lucha, esperanza y el poder transformador del deporte.