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Surfear la arena, el desafío que propone el sandboarding

Este deporte extremo combina surf y snowboard, de manera emocionante. En el último tiempo volvió a ser tendencia y se popularizó entre los buscadores de adrenalina.

Portada de Surfear la arena, el desafío que propone el sandboarding

[Imagen], por Crawl Bars.

Por Agustin Dominguez Prieto

Última actualización el 7 de febrero de 2025

El mundo de los deportes extremos es fascinante y diverso, porque ofrece alternativas para todos los gustos y preferencias. Muchos buscan experiencias fuera de lo común, que vayan más allá de lo tradicional. Para aquellos que quieren sentir la adrenalina en terrenos menos convencionales, el sandboarding es una opción única, emocionante y desafiante.

El solo hecho de imaginar la escena de estar en medio de un desierto, rodeado de dunas prístinas que se extienden hasta donde alcanza la vista es estimulante, sumado a la arena cálida convirtiéndose en el escenario perfecto para una aventura. Esta disciplina tiene elementos del surf y del snowboard, con sus raíces en las décadas pasadas, propone que quienes se animen, se deslicen a toda velocidad por los médanos, como si se surfeara  una ola, pero en un entorno completamente diferente. 

El nacimiento y desarrollo del sandboarding

El surgimiento se produjo en Florianópolis, Brasil, durante los años ochenta, el sandboarding fue acaparado por la comunidad de surfistas, que buscaba nuevas emociones. Pronto se expandió y atrajo a que muchos experimenten la emoción de lanzarse sobre superficies inexploradas. Las dunas se convirtieron en campos de juego impredecibles, donde cada descenso revelaba una nueva textura de arena, una inclinación inesperada, o una curva traicionera que ponía a prueba la destreza y el coraje de los practicantes. No se trataba solo de dominar una tabla, sino de enfrentarse a un terreno donde el viento moldeaba cada surco. 

Para practicarlo, no se necesita demasiado, excepto la preparación, factor indispensable. La tabla es esencial, sus dos agarraderas aseguran los pies a la superficie y permiten maniobrar con precisión. Puede variar según la modalidad, porque en caso de tirarse sentado, se pueden alcanzar velocidades vertiginosas y superar los 80 kilómetros por hora. Por otro lado, si se hace de pie, hay más similitudes encontradas con el snowboard. En caso de buscar mayor profesionalismo, es recomendable utilizar una tabla con base de formica que facilita el control y la suavidad.

En cuanto al equipamiento, las botas son fundamentales para garantizar la correcta sujeción de los pies, de manera que se eviten lesiones y haya un mayor control sobre los movimientos. En la vestimenta debe primar la comodidad, ya que las altas temperaturas demandan ropa que no entorpezca el rendimiento. Otro tip esencial es el de mantenerse hidratado y, principalmente, no subestimar la importancia de proteger la piel del sol con bloqueador.

Las mejores “pistas”

En España, algunos de los mejores spots para disfrutar de esta disciplina se encuentran en la provincia de Cádiz, en Tarifa, donde las dunas de Bolonia y Valdevaqueros, así como la Cala del Tesorillo y Punta Paloma, son un lugar perfecto. En el caso de las Islas Canarias, con su cercanía a África y su clima particular, también son un destino privilegiado para el sandboarding. En Gran Canaria, Maspalomas y Fuerteventura son un verdadero paraíso para los aficionados a este deporte. El Desierto de Tabernas, en Almería, es otro punto de referencia, distinguido por ser el único de Europa.

El sandboarding es el desafío ideal para quienes buscan nuevas aventuras. Allí, el desierto se transforma en un terreno de juego y cada duna es una promesa de adrenalina. A medida que más personas descubren la emoción de surfear la arena, lo posicionan como una alternativa irresistible para los espíritus inquietos y curiosos.

[Imagen], por Experience Days.