AMBIENT

Los tres sitios abandonados que maravillan Buenos Aires

La capital argentina no solo ha dejado boquiabierto al turismo con sus icónicas estructuras, sino también ha asombrado con su faceta abandonada.

Portada de Los tres sitios abandonados que maravillan Buenos Aires

La residencia Maguire vista desde su entrada principal (Patricio Pidal).

Por Mateo Modic

Última actualización el 8 de agosto de 2025

De la misma manera que sorprende al turismo local e internacional con atractivos como el Obelisco, el Teatro Colón y la Casa Rosada, la ciudad de Buenos Aires también es un punto fuerte de América Latina en la categoría de sitios abandonados.

Villa Epecuén

Ubicado en el partido de Adolfo Alsina, provincia de Buenos Aires, Villa Epecuén, nombre proveniente de la lengua mapuche, se ha consolidado como uno de los destinos abandonados más emblemáticos de la provincia argentina.

El hoy declarado pueblo desierto tras el fallecimiento de Pablo Novak, el último habitante del sitio, fue fundado en el año 1921 a orillas del Lago Epecuén. La historia del poblado tuvo su primera catástrofe casi sesenta años después de su fundación, cuando una inundación provocada por una crecida del lago sumergió al pueblo completamente bajo el agua, lo que obligó a la evacuación de casi todos los habitantes. Mientras la inundación comenzó a bajar, las ruinas de la ciudad fueron quedando a la vista y la idea del atractivo turístico fue saliendo a la luz.

Los restos de Villa Epecuén, el pueblo desierto ubicado en Buenos Aires (Vida Litoral).

Villa Epecuén quedó convertido en un pueblo fantasma y se consolidó como una de las atracciones turísticas de la ciudad de Buenos Aires más visitadas no solo por los amantes del turismo abandonado, sino también periodistas, antropólogos y fotógrafos que realizaron trabajos e informes sobre lo ocurrido con el pueblo.

El Castillo de San Francisco

Si hablamos de sitios abandonados en la ciudad de Buenos Aires, no podemos dejar pasar el Castillo de San Francisco, uno de los inmuebles ubicados en la capital argentina más populares dentro de este listado.

Vista de El Castillo de San Francisco, también conocido como “El Castillo de Egaña” (Guido Piotrkowski).

Conocido también bajo el nombre de “El Castillo de Egaña” por los vecinos del lugar, la mansión fue construida entre los años 1918 y 1930 por el arquitecto Eugenio Díaz Vélez, descendiente directo del general Eustoquio Díaz Vélez. En cuanto a las especificaciones técnicas, la mansión cuenta con 77 habitaciones, 14 baños y 2 cocinas, y una tragedia marcada en el día de su inauguración, cuando el dueño de la casa falleció, mientras los invitados recorrían el lugar y lo esperaban. Eugenia, su hija, quedó tan afectada luego del suceso que ni siquiera volvió a pisar la mansión y quedó abandonada, hasta que en el año 1960 fue intervenida por el gobierno de Oscar Alende y quedó en manos del Ministerio de Asuntos Agrarios. El terreno fue transferido al Consejo General de la Minoridad con la misión de convertirlo en un hogar-granja, que terminó siendo un reformatorio para jóvenes con problemas de conducta. Y otro suceso marcó la historia de la mansión: un asesinato. Los menores que ocupaban el sitio fueron reubicados y el castillo volvió a quedar abandonado.

Residencia Maguire

Entre los lugares abandonados más emblemáticos de Buenos Aires, la residencia Maguire —antiguamente conocida como Palacio Hume— ocupa un lugar destacado.

Diseñada bajo un estilo gótico escocés y construida íntegramente con materiales y mobiliario traídos de Escocia por el arquitecto inglés Carlos Ryder, la residencia Maguire se encuentra ubicada en la avenida Alvear y Rodríguez Peña y actualmente es propiedad de María Susana Maguire Duhau, hija y heredera de Susana Duhau y John Walter Maguire, unas de las tantas personas que habitaron el inmueble a lo largo de sus más de 130 años de existencia. Por donde la mires y a pesar del poco mantenimiento y la cantidad de años que tiene encima, la residencia Maguire no deja de ser una de las obras arquitectónicas más imponentes y bellas de la capital argentina: la piscina, el jardín, las rejas, la fachada, el tejado, las ventanas. Todo conforma una auténtica maravilla que sigue sorprendiendo a las personas que transitan día a día por el frente o pasan durante un paseo en automóvil.

Vista frontal de la residencia Maguire (Luis Picarelli).

La residencia fue construida para Alexander Hume, un ingeniero de origen británico que llegó a la Argentina en el año 1868 y fundó una empresa para la construcción de ramales ferroviarios y, años después, adquirió el Ferrocarril Central Norte, que unía las provincias de Córdoba y Tucumán. 

Conocida por ser una de las casonas más populares y extravagantes de su época, la residencia también forma parte del recorrido propuesto por la Secretaría de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires para conocer el barrio de Recoleta, una de las zonas más bellas y elegantes de la capital argentina.

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