En el corazón de Nayarit, un rincón de México cautiva con su misticismo y belleza natural. La Laguna de Santa María del Oro, rodeada de montañas verdes y aguas cristalinas, es un destino imperdible para quienes buscan una conexión profunda con la naturaleza. El origen, atribuido a un antiguo meteorito que dejó un cráter volcánico, formó un cuerpo de agua que se mantiene enigmático y fascinante, con una profundidad que todavía desafía a quienes intentan desentrañar sus secretos.
El espectáculo cromático y las leyendas de la laguna
Uno de los fenómenos más sorprendentes de esta laguna es su constante cambio de color. A lo largo del año, varía desde un turquesa brillante hasta un verde profundo o incluso marrón. Este es el resultado de la particular composición química del agua, rica en nitrógeno y fósforo, lo que también explica la ausencia de oxígeno en sus profundidades. Las fluctuaciones de temperatura y la interacción con su entorno montañoso contribuyen a este baile de colores, que asombra a todos.
La Laguna de Santa María del Oro atrae por su belleza escénica, pero también porque sus aguas están impregnadas de leyendas que pasaron de generación en generación. Una de las historias más conmovedoras narra el trágico amor entre dos jóvenes de tribus enemigas, cuyas lágrimas habrían dado origen a la laguna. Más allá de su componente místico, añaden una capa cultural que enriquece la experiencia de quienes visitan este lugar. La mezcla con lo sobrenatural crea un ambiente de misterio que envuelve a todo el entorno.
Actividades para hacer
Además de la contemplación, la laguna tiene un sinfín de actividades para quienes buscan emociones al aire libre. Los paseos en kayak y lancha permiten explorar desde dentro, mientras que el buceo es una invitación a descubrir los secretos que yacen en sus profundidades. Los senderos serpentean entre la vegetación y cuentan con rutas para el senderismo y el ciclismo de montaña. Cerca de allí, está la cascada La Silla, con un paisaje espectacular y una piscina natural en la que refrescarse después de una caminata.
La experiencia no estaría completa sin incursionar en la gastronomía local. Los restaurantes a orillas de la laguna ofrecen platillos que reflejan la rica herencia culinaria de la región. El chicharrón de pescado, crujiente y lleno de sabor, y la capirotada, un postre tradicional son los destacados, un cierre perfecto de un día lleno de actividades.
[Imagen], por Quadratin Jalisco.
El viaje hacia Santa María del Oro es una travesía en sí misma. Situada a más de 700 kilómetros de la Ciudad de México, la ruta hacia esta laguna escondida en la Sierra Madre Occidental y es un anticipo de la belleza que espera al final.
Definitivamente es un refugio natural donde el tiempo parece detenerse. Tiene la capacidad para combinar la serenidad del entorno con la intensidad de sus leyendas, con un espacio único. Para quienes buscan un destino que encapsule la esencia de la naturaleza mexicana, Nayarit es una experiencia inolvidable, donde cada visita revela un nuevo matiz y una nueva historia.