El continente se volvió un campo de batalla para quienes desafían la gravedad. Este deporte de aventura transforma montañas y metrópolis en escenarios de pura adrenalina. En las ciudades, los muros de escalada son puertas a un universo donde la fuerza mental y física se encuentran. Por su parte, las competencias regionales son templos de resistencia, que abrazan la única misión de proteger los paisajes que inspiran cada ascenso.
Campeonato Argentino de Escalada (CAED) en el muro del Club Andino Córdoba [Imagen], por Ansilta.
Por Agustin Dominguez Prieto
Última actualización el 7 de noviembre de 2024
El climbing, antes reservado para unos pocos audaces, se transformó en una de las actividades más electrizantes de Latinoamérica. Las ciudades, con sus torres y muros urbanos, fueron conquistadas por esta disciplina. Las montañas de los Andes y los volcanes de Centroamérica son destinos icónicos para quienes buscan desafiar la verticalidad extrema. Más que un deporte es un ritual de superación, donde cada ascenso es una lucha contra la gravedad y los propios miedos.
Más allá de la altura
La escalada es sinónimo de ascender por superficies verticales. En el climbing, se combinan fuerza, estrategia y resistencia mental. Los escaladores enfrentan desafíos con su estilo y enfoques propios, que convierten la práctica en una experiencia singular. Aunque puede parecer un deporte extremo, reservado solo para atletas profesionales, su accesibilidad permite que más personas se acerquen a este mundo, especialmente en entornos urbanos donde los gimnasios de escalada se multiplicaron.
El crecimiento de los espacios dedicados a este deporte en ciudades como Buenos Aires, Ciudad de México, Santiago de Chile y Bogotá es evidencia del interés regional. Estos centros proporcionan infraestructuras seguras para principiantes y expertos.
Latinoamérica, un ideal para los escaladores
La escalada en roca es el corazón de esta disciplina, y la geografía latinoamericana es perfecta para los aventureros. Los picos volcánicos de Ecuador y las paredes de granito de El Cajón de los Arenales en Argentina destacan como destinos de referencia. México también tiene lo suyo, con el imponente Potrero Chico en Nuevo León, conocido por sus paredes de caliza. Otros sitios imperdibles son la Cordillera Blanca en Perú y el Valle Cochamó en Chile. Esta variedad única de paisajes atrae a escaladores de todo el mundo.
Cada país adoptó la escalada con una filosofía de respeto por la naturaleza y espíritu de equipo, valores profundamente enraizados en la cultura local. Los gobiernos trabajan para desarrollar la infraestructura adecuada, mientras que el acceso al equipamiento especializado se volvió más accesible e impulsó su popularidad.
El compromiso con la preservación ecológica y el respeto por los espacios naturales se mantiene en el centro de la cultura del climbing, para garantizar una relación sostenible con el entorno.
Talento latinoamericano
El crecimiento del climbing en América Latina se refleja fuertemente en el ámbito competitivo. Una selecta élite de escaladores alcanzó el codiciado grado 9a, destacándose con sus logros impresionantes. Danilo Pereyra en Argentina fue quien inició la senda en 2009 con su ascenso de Supernowa en España. Mauricio Huerta de México, con su primer 9a en su país y su notable repetición de Ghetto Booty en EE.UU, y Felipe Camargo de Brasil, pionero en el grado 9b con El bon combat. Diego Marsella y Tomás Ravanal, de Argentina y Chile respectivamente, enfrentaron retos únicos en la búsqueda de vías de alto grado, mientras que Felipe Ho y César Grosso contribuyeron desde Brasil. Estos pioneros ampliaron los límites en la región y elevaron el perfil del deporte a nuevas alturas.
Desafíos y proyección
Existen múltiples obstáculos que la disciplina todavía debe superar. El acceso a zonas naturales de escalada es complicado en ciertos sitios, y la falta de financiamiento para el desarrollo de infraestructuras puede limitar el potencial de crecimiento del deporte. No obstante, la creatividad de los escaladores es un impulso hacia nuevos horizontes.
Por eso, el futuro del climbingen Latinoamérica parece prometedor. El potencial de convertirse en uno de los destinos de escalada más importantes del mundo, por su increíble geografía, pasión y espíritu, es innegable.
The Wall Patriotismo es uno de los muros de escalada más altos de Latinoamérica, ubicado al sur de la Ciudad de México [Imagen], por The Wall Patriotismo.
La escalada en Latinoamérica abarca muros urbanos e imponentes alturas como la Cordillera de los Andes. La disciplina actúa como punto común que unifica la búsqueda personal de desafíos, el respeto por la naturaleza y el sentido de pertenencia. El proyecto de construir una sólida infraestructura para el deporte, es una forma de cultivar una nueva generación de talentos. Con cada nueva ascensión y meta superada, el climbing marca una tendencia y promete alcanzar nuevas cimas.
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