El colectivo rellenó las calles de la ciudad colombiana con un arsenal de murales y se consolidó como uno de los grandes equipos artísticos del continente latino.
ARTE URBANO
La transgresora génesis de un maestro urbano
El artista mexicano Said Dokins narra su iniciación en el arte, opina de la actualidad artística y revela cómo se condujo al espectacular mundo del graffiti chilango de los noventa.
Said Dokins en Milán [Imagen], por Biokip Labs.
Desde su iniciático encuentro con el arte a través de la transgresión juvenil hasta la exploración de las complejas capas de significado en el espacio público, Said Dokins, artista visual mexicano especializado en caligrafía urbana, comparte en esta entrevista su singular trayectoria y profunda visión sobre el rol del arte en Latinoamérica y el mundo. Un relato que nos adentra en un universo donde la escritura expandida se convierte en un acto político, la ciudad en un lienzo cargado de tensiones y la memoria colectiva en una fuente inagotable de inspiración.
La técnica
Said Dokins no se adscribe a una técnica específica. "Si bien la gente en el mundo del Street art me conoce más por mis intervenciones de escritura monumental, en realidad lo que me atrae es el diálogo entre los distintos niveles de inscripción". Está interesado en la interconexión entre la caligrafía, las imágenes de archivo, el video, el audio y los objetos encontrados. La curiosidad por ello lo llevó a explorar territorios inexplorados. "Actualmente me he interesado por el uso de herramientas de biodatos como el cultivo bacteriano, la secuenciación de ADN y la neuroimagen, me dan curiosidad los efectos del significado dentro del giro bioinformático, me hacen pensar en las interconexiones entre la vida, el texto y nuestra interpretación de la existencia".
Una propuesta vital
Para él, ser artista en Latinoamérica hoy conlleva una profunda "doble conciencia". "Por un lado la potencia simbólica de nuestras raíces, y por otro, las violencias estructurales que enfrentamos". En este contexto, el arte se convierte en un acto de resistencia. "Ser artista aquí es resistir a través de lo que sea, tal vez desde la poética o insistir en la memoria, no se, creo que es siempre proponer formas de vida frente a las necropolíticas dominantes".
En su obra no busca transmitir mensajes cerrados. “Me interesa más provocar preguntas, abrir grietas". Las ideas para sus obras nacen de diversas fuentes. "Puede surgir de una herida, de una lectura, del tránsito por la ciudad, de la presión o el estrés, de un muro que me interpela, de una conversación".
Para Querétaro Experimental, el artista construyó un prisma cuadrangular de más de cinco metros de altura, basado en una serie de experimentos de física con materiales transparentes y reflectantes [Imagen], por Said Dokins.
Un comienzo inesperado
"Lo primero que recuerdo cuando alguien me dice la palabra arte, es a un grupo de adolescentes, incendiando una caseta telefónica en la calle", rememora. Aquella imagen impactante marcó su joven psique y sembró una semilla en su relación con el entorno urbano. Años después, las privatizaciones y la obsolescencia de las cabinas telefónicas se convirtieron en el catalizador de sus primeras intervenciones artísticas. "Un poco siguiendo las líneas de la imagen de los chicos incendiando una caseta telefónica, comencé a destruir los teléfonos y a rayarlos".
Este acto vandálico inicial lo condujo a la escena del graffiti en la Ciudad de México durante los años noventa. Junto a su hermano y otros amigos, fundó el crew APC, cuyas siglas significaban, entre otras cosas, "Arte Popular Callejero". En aquel entonces, la improvisación y la rebeldía eran la norma. "Siempre improvisábamos algo: no teníamos válvulas así que las hacíamos con plastilina epóxica, no teníamos plumones entonces los hacíamos con desodorantes y esponjas de borrador, no teníamos aerosoles y los tomábamos de algún centro comercial, por lo regular sin pagar". Para ellos, estas acciones representaban pequeños actos de libertad y una forma de "devolverle a la ciudad lo que en cierto modo habían olvidado".
Del graffiti latino a la bio-escritura
Said Dokins tuvo influencias artísticas diversas y vastas. "Mis influencias cruzan distintos territorios: el graffiti latino, las escrituras medievales europeas, la caligrafía japonesa, y los sistemas simbólicos prefonéticos". La figura de Chaz Bojórquez, amigo y mentor, fue fundamental en su desarrollo. También lo inspiran los movimientos sociales, la filosofía, las prácticas situacionistas y la estética de lo áspero. En lo que respecta a su evolución artística fue un camino de constante exploración. "He transitado del graffiti a la instalación, de la caligrafía a la escritura lumínica y luego a la bio-escritura". Cada etapa representa un desafío a las convenciones y una búsqueda por interpretar el espacio público de manera personal.
Desafíos creativos
El principal desafío en su proceso creativo es mantenerse fiel a la intuición inicial. "Hay presiones institucionales, normativas, morales… pero intento en ese primer impulso que me lleva a hacer una obra". "También me desafía el diálogo con lo vivo, con lo que no controlo: el clima, el cuerpo, la comunidad. Creo que cada obra es más bien un campo de negociación".
Inspiración urbana
La inspiración trasciende los límites del mundo del arte. "Más bien creo que la ciudad me interpela, me pregunta, siempre con los límites, con las trabas, con el peligro, con la gente, con lo que no se ve. En realidad se trata de transitar, y en ese transitar encuentras las cicatrices del cuerpo social, en una biblioteca percibes los murmullos del archivo, en las bacterias que habitan nuestro cuerpo la sofisticación social, en las formas de resistencia popular la resiliencia, en la manera en que la luz cambia un muro a lo largo del día encuentras poesía".
Olvido, explorando la memoria como resistencia, 2022, Bogotá, Colombia [Imagen], por Said Dokins.
Las redes sociales
El impacto de las redes sociales en el arte es un hecho inapelable y Dokins tiene una visión crítica. "Fuera de los sistemas de control a los que pertenecen, usamos las redes sociales también como una herramienta, sin duda aceleran procesos de visibilidad, pero estas plataformas operan bajo lógicas mercantiles y geopolíticas muy rudas". Si bien reconoce su utilidad para la difusión, advierte sobre sus peligros. "Por lo mismo terminan estandarizando estéticas. El arte se convierte en un ‘contenido’ más y el artista en una ‘marca’".
El rol del arte
"Es paradójico que, siendo la cultura lo último en la escala de prioridades, aún se nos exija un rol transformador, casi mesiánico". Para él, el arte no tiene la obligación de resolver las crisis, pero sí la capacidad de generar nuevas preguntas, una mirada clara, con una crítica evidente por parte del artista.
Intervención mural del llamado Incompiuto Siciliano, estilo que refleja la corrupción del Estado y la mafia siciliana [Imagen], por Vincenzo Cascone.
"A veces, entender cómo funcionan las cosas a diferentes niveles e incluso a nivel simbólico como se relacionan diferentes materialidades y sus significados".
A través de su particular lenguaje caligráfico urbano, Said Dokins nos invita a descifrar las complejas escrituras de la ciudad y la memoria, recordándonos que el arte, en su esencia, es una poderosa herramienta para cuestionar, resistir y reimaginar las narrativas que configuran nuestra existencia.
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