La atleta azteca logró adueñarse del primer puesto en la modalidad freestyle y se consolidó como una de las mejores deportistas de parkour a nivel mundial.
DEPORTES
La cruzada imparable del rollerblading
En el asfalto latino, una práctica sobre ruedas vive impulsada por nuevas generaciones, creadores audiovisuales independientes y grupos urbanos que mantienen la velocidad.
Sin canchas, sin sponsors y sin cobertura mediática, los patinadores construyen sus propios mundos sobre el asfalto [Imagen], por Rollerblade.
En las calles de Buenos Aires, los parques de Medellín o las plazas de Ciudad de México, lejos del foco mediático y sin grandes patrocinadores detrás, el rollerblading rehace sus caminos con creatividad, obstinación y destreza. Muchos lo creyeron sepultado en los años 90, el patinaje agresivo vive un renacimiento impulsado por nuevas generaciones, filmadores independientes y colectivos urbanos que no bajan la velocidad.
¿Una cultura urbana olvidada?
El rollerblading no desapareció; mutó, se replegó y volvió más fuerte. En los años 2000, la industria global dio la espalda a los patinadores cuando los auspiciantes se volcaron a otros deportes extremos. Sin embargo, en Latinoamérica, la comunidad sostuvo viva la llama. Ciudades como Santiago de Chile, Rosario, Lima o Bogotá se transformaron en puntos neurálgicos para riders que no aceptaron el ocaso.
En Rosario, Argentina, el colectivo Rolleros del Parque organizó durante más de diez años encuentros en la costanera central. El grupo logró consolidar una cultura local con rampas caseras, vídeos reciclados y una ética de autogestión que desafió el abandono institucional. Otro caso es el de Medellín, el spot conocido como "La Biblioteca España" que alojó durante una década a los mejores riders del país.
Ilustración argentina
En Argentina, el rollerblading tiene su ADN en el cemento roto, los cordones altos y los bancos de plaza. Buenos Aires alojó a pioneros como Gustavo Rodríguez y Luciano "Panky" Argañaraz, quienes fundaron el mítico equipo "Roll4Ever" a comienzos de los 2000. El grupo produjo videos de culto como Conexión Porteña o La Subida, que todavía circulan por YouTube.
Por su parte, la ciudad de Córdoba sumó con fuerza a través del equipo Nivel Bajo, que editó en 2023 un documental llamado Contra la corriente, donde muestra cómo el roller sirve como herramienta de expresión frente al contexto económico hostil. En ese film, se puede ver a jóvenes que sortean obstáculos urbanos mientras reflexionan sobre la falta de espacios públicos para el patinaje.
Bajo el cielo de Buenos Aires, la danza sobre ruedas persiste [Imagen], por Tripadvisor.
México
La Ciudad de México ofrece una de las escenas más longevas del roller en el continente. Desde los 90, el DF albergó spots icónicos como Bellini, La Estela de Luz y los bancos del Centro Cultural Universitario, donde patinaron leyendas como Adrián Hernández, Luis Ríos y el internacional Ivan Narez, fundador de la productora The Cayenne Project.
En 2021, la crew Distrito Rollers celebró sus veinte años con un video que recopiló los mejores momentos del roller mexicano.
La Alameda Central es uno de los parques más antiguos de la Ciudad de México, elegido por grandes y chicos para el rollerblading [Imagen], por TotalPass.
Colombia
Colombia es una potencia regional del roller gracias a su experiencia en el patinaje de velocidad, disciplina que impulsó desde los años 90 con apoyo estatal. Esa base deportiva impactó en el desarrollo del roller agresivo, sobre todo en ciudades como Bucaramanga y Cali. En aquel sitio, grupos como Agresivos Bucaramanga Crew fundaron escuelas informales y talleres gratuitos para chicos de barrios periféricos.
En Bogotá, el evento Blading Bogotá reunió en 2022 a más de 150 patinadores de Ecuador, Perú y Venezuela. Un encuentro que incluyó competencias en escaleras, barandas y gaps, con una final espectacular en el Parque Nacional.
Chile
En Santiago, la escena creció con el empuje de crews como Roller Chile, Trick Shop y Zudaka. Estos grupos organizaron eventos como el Zudaka Blade Jam, un clásico regional que, en 2023, convocó a riders de toda Sudamérica. En esa edición, el chileno Tomás Fuenzalida ganó la categoría Pro después de hacer un "360 fishbrain" sobre una baranda de cinco escalones.
En Valparaíso, la arquitectura irregular del puerto sirvió como laboratorio para una generación de patinadores que exploran nuevos modos de usar el entorno. Las bajadas pronunciadas, los rieles oxidados y las escaleras interminables se convirtieron en parte del vocabulario técnico de la escena local.
Uniendo el continente
El colectivo Latino Blade Union, con presencia en más de nueve países, trabaja en la creación de una red que permita visibilizar talentos y fomentar intercambios. En 2024, el grupo lanzó su propia línea de ruedas, hechas en Medellín, con insumos reciclados y producción artesanal. Tiene un lema, “Resistencia en cada giro”, que resume el espíritu que recorre el continente.
Instruir a niños en el rollerblading es una gran oportunidad, brindándoles no solo habilidades deportivas, sino también enseñanzas sobre equilibrio, disciplina y trabajo en equipo, que fomenten su desarrollo físico y mental de manera divertida y dinámica [Imagen], por WLRN
El rollerblading es una expresión auténtica de la juventud, pero que no deja exenta a otras generaciones. Es una forma de apropiarse del espacio público, de desafiar los límites y de construir comunidad. Cada patinador, con sus ruedas y su actitud, escribe una nueva historia en el asfalto de nuestras ciudades. La calle habla, y los patines son su voz.
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