STREET WEAR

King of the Kongo, de un showroom en Buenos Aires a conquistar el mundo

Esta marca comenzó como un sueño compartido entre dos amigos con una visión disruptiva para la moda masculina. Hoy, con una fuerte presencia digital, es un referente global que se destaca por su originalidad y de adaptarse a nuevas demandas.

Portada de King of the Kongo, de un showroom en Buenos Aires a conquistar el mundo

[Imagen], por Instagram/ @kingofthekongo.

Por Agustin Dominguez Prieto

Última actualización el 13 de diciembre de 2024

La historia de King of the Kongo es la de dos amigos con una visión compartida y un propósito claro que fue revolucionar la moda. En 2013, Matías Artagaveytia y Lucas Varas dieron vida a un sueño que se inspiró en la carencia de la falta de propuestas originales y disruptivas en la indumentaria masculina en el mercado. Desde entonces, su aventura empresarial evolucionó a pasos agigantados, transformándose en un referente de estilo y creatividad, tanto en Argentina como a nivel internacional.

El inicio de una revolución en el diseño

La primera colección de King of the Kongo surgió casi como un experimento. Con 50 remeras diseñadas para amigos, Matías y Lucas decidieron probar suerte. La reacción fue inmediata. Los diseños, con estampados full print y un enfoque atrevido, llenaron un vacío en la moda masculina y captaron a quienes buscaban algo diferente. El showroom en Belgrano fue el punto de partida para lo que, con el tiempo, se convertiría en una empresa.

La propuesta inicial atrajo por su originalidad y marcó una clara diferencia con las marcas tradicionales. Mientras las líneas de ropa parecían seguir patrones estandarizados, King of the Kongo apostó por un enfoque fresco que rompía esquemas. Las prendas fueron concebidas para ser usadas con actitud, para destacar en cualquier ocasión donde la moda se convirtiera en un lenguaje de expresión.

Una apuesta hacia lo digital

En sus primeros años, la marca se enfocó en el diseño masculino. Sin embargo, el crecimiento y los cambios los llevaron ir mas allá y apostar por una propuesta de indumentaria unisex. Hoy, King of the Kongo es un modelo a seguir en cuanto a ropa genderless, destacándose por su capacidad de abrazar la diversidad y adaptar sus diseños a un público amplio.

La expansión de la marca ocurrió en términos de diseño, pero principalmente en el ámbito digital. En 2019, vieron la necesidad de integrar el comercio electrónico como un pilar de su estrategia e inauguraron su Tiendanube. Esta herramienta les permitió llegar a nuevos mercados y sostener el negocio incluso en la adversidad, como ocurrió durante la pandemia de 2020. Con locales físicos cerrados y una producción paralizada, la plataforma online fue la principal fuente de ingresos.

Resiliencia en tiempos de crisis

La llegada de la pandemia puso a prueba la solidez de King of the Kongo. Durante meses, la incertidumbre y las restricciones amenazaron con frenar su crecimiento. Lejos de rendirse, decidieron adaptarse al contexto. Reabrieron su fábrica para producir barbijos, un insumo escaso en ese momento, de esta manera lograron mantenerse activos y útiles. Esta etapa fortaleció la relación con sus empleados y reforzó su compromiso con la gente.

El e-commerce se consolidó como un aliado durante esta crisis. Gracias a su tienda online, pudieron mantener las ventas y, al mismo tiempo, garantizar que sus productos llegaran a todas partes del país. Este modelo híbrido, de compra física con accesibilidad digital, se mantiene como una gran fortaleza de la marca.

El mercado internacional

A casi más de una década de su creación, King of the Kongo dio un nuevo paso y ahora también exporta. Comenzaron a enviar sus prendas a Estados Unidos a través de su canal online. Además, planean abrir una tienda física en el país del norte, todo fruto de años de trabajo, aprendizaje y dedicación.

La nueva modalidad de venta hizo que puedan amplificar su público y posicionarse como una marca global. Este proceso les brindó la flexibilidad y las métricas necesarias para tomar decisiones estratégicas en tiempo real. La posibilidad de personalizar todo con la identidad de la marca fue clave para mantener su esencia intacta, incluso en nuevos mercados.

Matías y Lucas, los socios fundadores de la marca [Imagen], por ADNSUR.

King of the Kongo es la prueba de que los grandes proyectos nacen de pequeñas ideas. Hoy, es mucho más que una marca de ropa. Con seis locales físicos, una fábrica de 2.200 metros cuadrados y una producción de más de 200 mil prendas, continúa en constante crecimiento. Muchas figuras reconocidas del mundo del streaming y la cultura artística eligen sus diseños, lo que fortalece su status de ícono de la moda contemporánea.

Matías y Lucas inspiran a otros emprendedores a seguir sus pasos. Con visión y esfuerzo, cualquier idea puede convertirse en una realidad extraordinaria. Como ellos mismos dicen, el primer paso puede dar miedo, pero las recompensas de atreverse son invaluables.